A veces surgen oportunidades o situaciones que te hacen pensar: ¿lo dejo todo o sigo trabajando por este proyecto? ¿merece la pena seguir emprendiendo?

Dudas y elecciones
Estas oportunidades, o situaciones que aparecen de repente en la vida, te hacen dudar si coger el camino seguro, pero que está en contra de lo que realmente quieres, o seguir trabajando por conseguir tus sueños.
En esos momentos de “lo dejo todo” debemos reflexionar:
- ¿Esto me acerca a lo que quiero?
- ¿Qué es lo que yo quiero realmente para mi vida?
- ¿Esa oportunidad está alineada conmigo? ¿Con mis valores y objetivos de vida?
Hace poco me brindaron la oportunidad de formar parte de un gran proyecto, uno que me ocuparía la jornada completa. No sé si finalmente me habrían cogido o no, pero si hubiera sido así, me habría comprometido al 100%, como hago siempre.
Sin embargo, después de mucho meditarlo, decidí no echar mi candidatura. ¿Por qué? Porque no estaba alineado con mis valores y objetivos de vida.
No podía echar la candidatura pensando que lo haría durante un tiempo para conseguir colchón financiero y al año o meses me marcharía sin más. Eso va en contra de mis valores de honestidad y compromiso.
No podía echar la candidatura para optar a un trabajo de jornada completa que me dificultaría mucho avanzar con mi emprendimiento.
¿Por qué decidí emprender?
Porque QUIERO todo esto:
- sentir que mi trabajo aporta algo más que un sueldo.
- libertad para decidir cuándo trabajo y con quién.
- tranquilidad y no vivir estresada o con ansiedad.
- trabajar directamente con personas y ayudarlas con lo que yo les pueda aportar, ya sea creando su web, escuela o tienda online, creándoles procesos de automatización de tareas o acompañándolas en el día a día de sus negocios en la parte técnica.
- ver las sonrisas de mis clientas cuando se dan cuenta de que la tecnología no es tan complicada como piensan o cuando consiguen una web que les encanta y les ayuda a vender, y yo he formado parte de ello.
Por esas razones no puedo aceptar un trabajo de jornada completa, porque mi proyecto ya es un trabajo a jornada completa.
Y aunque tenga sus momentos malos en los que siento que invierto demasiado y no consigo lo que espero, tengo un gran objetivo detrás que a largo plazo sé que conseguiré. Sólo es cuestión de encontrar la fórmula mágica que me funcione a mi. Porque no puedes aplicar fórmulas de marketing enlatadas. Eso no funciona. Tienes que adaptarlas a ti. A tus fortalezas, debilidades, a tus valores, tus objetivos, a quien quieres ayudar…
Preguntas para reflexionar
Si a ti te ha pasado algo que te ha hecho dudar sobre si dejar o no tu emprendimiento, piensa:
- ¿qué fue lo que te hizo emprender?,
- ¿cuál es tu por qué?
- y ¿qué objetivo quieres conseguir con tu negocio?
Y si tienes dudas porque hay algo que estás haciendo que te hace sentir incómoda o desmotivada, recuerda cuáles son tus valores personales. Seguramente eso que te incomoda está en conflicto con tus valores.
Una vez detectado, busca la manera de conseguir el mismo objetivo pero de forma que tú te sientas bien.
Por eso te hablo de encontrar la fórmula mágica. No todo el mundo tiene que hacer un blog, o mostrarse en vídeos, o hacer lanzamientos o cualquier otra cosa que te haya dicho el “gurú” de turno.
Encuentra tu fórmula para conectar con tus futuros clientes, vender y entregar tu don al mundo.
Sé tú misma y sé feliz con lo que haces. Sino no merecerá la pena y lo acabarás dejando.
Conclusión y confesión
Y ahora cuéntame tu. ¿También te has preguntado alguna vez “lo dejo todo o sigo”?
Te confieso que yo lo he pensado más de una vez… y es normal, porque esto no es fácil, y cuando flaqueo pienso ¿por qué no lo dejo todo, busco algo con sueldo seguro y horario de 8 a 5 y listo? Entonces recuerdo mi por qué para emprender y por qué no encajo en un “trabajo normal”, y seco mis lágrimas y vuelvo al ruedo.
¿Tienes claro cuál es tu por qué para emprender?
¿Tienes claro tus valores personales?
¿Ya has encontrado tu fórmula mágica?
Me encantará leerte.